En AAGD Abogados contamos con más de 20 años de experiencia asesorando a particulares y empresas en todo tipo de operaciones inmobiliarias. Nuestro equipo está formado por abogados expertos en propiedad, construcción y derecho urbanístico, lo que nos permite ofrecer un servicio integral y adaptado a cada caso.
Asesoramos en compraventas, alquileres, contratos de promoción y construcción, desahucios – incluido el desahucio express – y otras operaciones sobre locales, viviendas y edificios, tanto en propiedad horizontal como vertical.
El derecho inmobiliario regula aspectos clave como la propiedad, el uso y el aprovechamiento de los inmuebles. Por eso, si va a alquilar, vender o invertir en un inmueble, es fundamental contar con un respaldo legal sólido. Nos ocupamos de la redacción y revisión de contratos, la gestión de documentación y, en caso de conflicto, le representamos para proteger sus intereses.
En AAGD Abogados le ayudamos a optimizar su patrimonio, garantizando seguridad jurídica, minimizando riesgos y buscando siempre la mejor rentabilidad para su inversión.
Contar con asesoramiento integral en procesos de compraventa de inmuebles es fundamental para garantizar la seguridad jurídica de la operación. Un abogado especializado en derecho inmobiliario en Barcelona le acompaña en todas las etapas: desde la revisión de la documentación de la vivienda, la negociación y firma del contrato de arras, hasta la redacción o revisión exhaustiva del contrato de compraventa y la elevación a escritura pública ante notario. El abogado se encarga de verificar que el inmueble esté libre de cargas, gravámenes o problemas legales en el Registro de la Propiedad, y de que todos los trámites se realicen conforme a la normativa vigente. Gracias a este apoyo profesional, el comprador o vendedor evita sorpresas desagradables, previene posibles litigios futuros y agiliza el proceso de compraventa con total tranquilidad.
Un contrato de arras es un acuerdo privado previo a la compraventa de un inmueble en el que el comprador entrega una cantidad de dinero como reserva o señal. Existen diferentes tipos de arras (confirmatorias, penitenciales, etc.), pero las más habituales en Barcelona y en España son las arras penitenciales, que permiten desistir del acuerdo perdiendo la señal (si desiste el comprador) o devolviendo el doble (si desiste el vendedor). Es muy recomendable contar con un abogado para redactar o revisar este contrato, ya que de su correcta formulación dependerán derechos importantes: plazos para la firma de la compraventa, qué ocurre si una de las partes se echa atrás, y otras cláusulas clave. El abogado especialista en derecho inmobiliario se asegurará de que el contrato de arras proteja sus intereses, negociará condiciones justas y claras, y evitará ambigüedades que puedan derivar en conflictos o pérdidas económicas.
Los vicios ocultos son defectos o desperfectos graves de una vivienda que no son aparentes a simple vista en el momento de la compraventa, pero que afectan a su uso o valor. Ejemplos de vicios ocultos pueden ser problemas estructurales, humedades importantes, instalaciones defectuosas o materiales de construcción con problemas (como el cemento aluminoso que provoca aluminosis). Si tras la compra el comprador descubre un vicio oculto, la ley le permite reclamar al vendedor una solución. Generalmente, el comprador dispone de un plazo legal (por ejemplo, seis meses desde la entrega en la compraventa civil) para interponer una reclamación por vicios ocultos. Un abogado inmobiliario puede ayudarle a evaluar la gravedad del defecto con peritos expertos, intentar una solución amistosa o negociar una indemnización, y si es necesario, emprender acciones legales para exigir la reparación del daño, la reducción del precio o incluso la resolución del contrato de compraventa.
En un contrato de alquiler de vivienda, la fianza es la garantía en metálico que el inquilino entrega al inicio (equivalente, por ley, a una o dos mensualidades dependiendo del tipo de arrendamiento). Al finalizar el arrendamiento, si el inquilino ha cumplido sus obligaciones y no hay desperfectos en la vivienda, el arrendador debe devolver la fianza. Si el arrendador se niega injustificadamente a devolverla o retrasa su devolución, el inquilino puede reclamarla legalmente. El primer paso suele ser requerir formalmente la devolución mediante una comunicación escrita. Si esto no surte efecto, un abogado podrá asesorarle y, en su caso, interponer una reclamación judicial para la devolución de la fianza. El abogado preparará la demanda con las pruebas de que el contrato finalizó correctamente (como el acta de entrega de llaves) y que no existen daños ni deudas pendientes, logrando que el arrendador le reembolse la fianza e incluso los intereses correspondientes por la retención indebida.
Los arrendamientos de temporada y los alquileres vacacionales son modalidades de alquiler con finalidades distintas al arrendamiento de vivienda habitual, y por tanto tienen regulaciones específicas. Un arrendamiento de temporada se refiere a alquilar un inmueble por un plazo determinado (meses) para usos temporales (por ejemplo, motivos de trabajo o estudios), y está regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos como «uso distinto de vivienda». Por otro lado, el alquiler vacacional (o turístico) consiste en ceder la vivienda por estancias cortas a turistas, y en lugares como Barcelona se rige por la normativa turística local, requiriendo una licencia de vivienda turística y cumpliendo ciertos requisitos (aforo, tasa turística, etc.). Legalmente, es esencial formalizar un contrato escrito que detalle la duración de la estancia, la finalidad (temporal o vacacional), la renta y la fianza, entre otras cláusulas. Un abogado experto puede asesorarle sobre qué tipo de contrato es el apropiado, asegurarse de que cumple con la ley vigente en Cataluña, y proteger sus intereses ya sea como propietario o inquilino en este tipo de alquileres especiales.
El desahucio por falta de pago u otro incumplimiento contractual es el procedimiento legal para recuperar la posesión de una vivienda alquilada cuando el inquilino no cumple con sus obligaciones (típicamente, dejar de pagar la renta). El proceso de desahucio en España, y en Cataluña en particular, comienza con un requerimiento formal de pago al inquilino moroso (burofax u otro medio fehaciente) concediéndole un breve plazo para que pague o desocupe el inmueble. Si el inquilino no atiende este requerimiento, el propietario, representado por su abogado, interpone una demanda de desahucio ante los tribunales. Los juzgados suelen tramitar estos casos por un procedimiento preferente (conocido coloquialmente como “desahucio exprés” desde las reformas legales que agilizaron estos trámites). Una vez admitida la demanda, se notifica al inquilino una fecha de juicio y lanzamiento (desalojo). Si el inquilino no paga lo debido ni desaloja voluntariamente, el juez dictará sentencia a favor del propietario y se ejecutará el lanzamiento, recuperando la vivienda. Contar con un abogado durante todo este proceso es crucial: él se encargará de los plazos procesales, de redactar la demanda adecuadamente y de representar sus intereses en juicio, para lograr un desahucio lo más rápido y seguro posible.
Revisar el estado registral y catastral de un inmueble es una medida de diligencia esencial antes de cualquier compraventa. El estado registral se verifica obteniendo una Nota Simple del Registro de la Propiedad, donde figuran el titular actual del inmueble y las posibles cargas o gravámenes (hipotecas, embargos, servidumbres, etc.) que pudieran afectar a la vivienda. Por su parte, la consulta del Catastro comprueba la referencia catastral, la superficie y linderos oficiales de la propiedad, así como su valor catastral a efectos fiscales. Comparar ambos datos (Registro y Catastro) permite detectar discrepancias en la descripción del inmueble o identificar si existe alguna construcción no declarada. Un abogado inmobiliario realizará estas comprobaciones para asegurarse de que la persona que vende es realmente el propietario y que el inmueble no tiene sorpresas ocultas (como deudas urbanísticas, discrepancias de metros cuadrados o situaciones de ocupación). De esta forma, el comprador entra en la operación con pleno conocimiento de la situación legal de la finca, evitando futuros problemas de titularidad o cargas.
Los defectos constructivos son aquellos fallos o deficiencias derivadas de una inadecuada construcción o rehabilitación de un inmueble. Pueden abarcar desde problemas estéticos o de acabado (grietas, mala instalación de azulejos) hasta fallos más graves que afectan a la habitabilidad (aislamiento térmico o acústico deficiente, instalaciones eléctricas o de fontanería mal ejecutadas) o a la estructura del edificio (vicios estructurales que comprometen la estabilidad). La Ley establece diferentes plazos de garantía según la gravedad del defecto: por ejemplo, 1 año para defectos de terminación, 3 años para defectos que afecten a la habitabilidad, y 10 años para defectos estructurales (responsabilidad decenal). Si descubre defectos constructivos en su vivienda nueva o reformada, es importante actuar pronto. Primero, debe notificarlos al promotor, constructor o responsable de la obra, preferiblemente a través de un abogado, para dejar constancia fehaciente. Un abogado especialista en defectos constructivos puede gestionar una reclamación formal: negociará con la constructora la reparación o compensación económica, y si no hay respuesta satisfactoria, interpondrá una demanda apoyada en informes periciales para exigir sus derechos, ya sea la reparación de los defectos, una indemnización por los daños o incluso la resolución del contrato en casos extremos.
En cualquier operación de compraventa de un inmueble surgen importantes obligaciones fiscales, y en Barcelona (como en el resto de España) hay varios impuestos a considerar. Si usted compra una vivienda de segunda mano, deberá abonar el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales (ITP), que en Cataluña suele ser el 10% del valor de la compraventa (con variaciones según el precio y perfil del comprador). Si la vivienda es nueva (obra nueva del promotor), en lugar de ITP se paga el IVA (10% en la mayoría de viviendas) más el Impuesto de Actos Jurídicos Documentados (AJD). Por parte del vendedor, éste deberá afrontar el Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Terrenos de Naturaleza Urbana (la plusvalía municipal, cobrada por el Ayuntamiento) si ha habido ganancia en el valor del terreno, así como declarar la ganancia patrimonial en su IRPF (Impuesto sobre la Renta) o en el impuesto de no residentes, en su caso. Además, existen tasas y gastos asociados (notaría, registro, gestoría) que también conviene tener en cuenta. Dada la complejidad fiscal, contar con asesoramiento fiscal y tributario especializado es muy recomendable: un abogado experto podrá planificar la operación para optimizar su fiscalidad dentro de la legalidad, informarle de posibles bonificaciones o reducciones, y asegurarse de que cumple con todas las obligaciones tributarias sin errores, evitando sanciones y ahorrando costes cuando sea posible.
El cemento aluminoso es un tipo de cemento utilizado en la construcción de edificios, principalmente entre los años 1950 y 1970, que con el tiempo puede sufrir una grave patología denominada aluminosis. La aluminosis debilita la resistencia del hormigón estructural, comprometiendo la estabilidad del edificio y suponiendo un riesgo para su seguridad. Legalmente, la presencia de cemento aluminoso en la estructura de una vivienda se considera un defecto importante: de hecho, la jurisprudencia española lo ha calificado como un vicio oculto grave. Esto significa que si usted compra un piso y posteriormente descubre que el edificio tiene elementos estructurales con cemento aluminoso, podría emprender acciones legales contra el vendedor por vicios ocultos, ya que es un defecto que, de haberlo conocido, probablemente hubiera influido en su decisión de compra o en el precio. Antes de comprar, es aconsejable que su abogado inmobiliario verifique si la finca tiene antecedentes de aluminosis o si ha pasado las inspecciones técnicas necesarias (como la ITE, Inspección Técnica de Edificios). Si el inmueble ya presenta aluminosis, un abogado podrá asesorarle sobre las opciones: desde negociar una rebaja en el precio o exigir al vendedor la subsanación del problema, hasta incluso resolver el contrato de compraventa si la magnitud del defecto lo justifica. En cualquier caso, un asesoramiento legal especializado en estos asuntos le ayudará a tomar decisiones informadas y proteger sus derechos como comprador. Puede encontrar más información en nuestro artículo sobre cemento aluminoso